#No se mata a verdad#
Por Gerardo Romo/// Ágora Digital
Zacatecas,(25-01-2022).- Eran unos 50 periodistas, ellas y ellos sin importar el medio Si con dolor, si con rabia, si, con esperanza de que el «ni una más, ni uno más» sea realidad. Y que la impunidad no se haga costumbre. Como lo es ahora, como lo ha sido desde que México nació desde ayer, desde hoy, desde siempre…
Estaban ahí las y los colegas, algunos cruzaron palabras, otros un apretón de manos, todos con cubrebocas, pero con ganas de seguir ahí, informando, contando historias, reusándose al silencio.
Zacatecas se incorporó al concierto de más de 40 ciudades que salieron a proclamar un nuevo ¡¡¡Ya basta!!! en demanda al alto de la violencia contra las y los periodistas, contra la sociedad toda.
Estaban de La Jornada, televisa, Tv Azteca, reporteros de deportes, de medios alternativos, de la radio, fotógrafas como la aguerrida Flor Castañeda que parece no se cansa de mirar el horror con su lente de este Zacatecas adolorido y violento.
Los ahí reunidos y reunidas recordamos que en este sexenio han matado a 28 mujeres y hombres periodistas, muchos de ellos con «supuesta protección del mecanismo de La Secretaría de Gobernación», que apenas alcanza para botones de pánico que producen pánico a las mujeres y hombres periodistas protegidas por él; porque cuando lo accionan, no acciona, no funciona, está descompuesto, como descompuesto está el sistema
Así lo ha relatado Laura Sánchez Ley, periodista tijuanense quien tuvo que salir de su estado por amenazas hace 6 años.
En Zacatecas recordaron las y los periodistas congregados en la escalinata del museo de San Agustín que no se quiere ni se puede resignarse a la resignación de que todo está perdido, aunque la extraviada realidad insista que la lucha por la sobrevivencia es agotadora.
Ahí estaban en la escalinata las fotos de nuestros colegas José Luis Gamboa, de Veracruz, Margarito Martínez y Lourdes Maldonado, ambos de Tijuana, los tres ultimados apenas en estos primeros días de Enero.
En nuestro estado, afirmaron las y los periodistas, las condiciones laborales de profunda precarización de las y los periodistas «también matan».
«Somos el eslabón más fuerte de la cadena de información», dijo Mario Luis Molina Contreras.
Otros más compañeros pidieron que hoy más que nunca «debemos estar unidos».
Y de entre las y los colegas, sólo estábamos nosotros. La sociedad zacatecana no se apersonó a alzar la voz por sus periodistas. ¿Por qué? no tengo respuesta.
La reunión de periodistas hoy por la noche en Zacatecas fue similar a la de hace ya casi 5 años, cuando en Mayo de 2017 nos reunimos también con dolor a recordar a Javier Valdez, fundador del semanario RíoDoce de Culiacán y corresponsal de La Jornada, tras haber sido ultimado a balazos en su tierra natal.
México es el País mas peligroso para ejercer el periodismo.
Según el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés), al menos 138 reporteros han sido asesinados en México desde 1992, año en que empezó a documentar agresiones a la prensa. Para el capítulo local de la organización Artículo 19, la cuenta asciende a 145, solamente desde el año 2000.
Al final de la congregación, hubo tiempo para la foto grupal. La y los reporteros siendo protagonistas de una desgraciada realidad.
«El reportero, la reportera, no es la protagonista de la historia» se cansaron de decirnos en las redacciones. Al menos desde 1992, el periodismo es protagonista de una tragedia que no cesa y que alcanza a toda la sociedad.
Zacatecas sufre en silencio, padece en silencio, llora en silencio, con el conteo diario de la barbarie, con las y los muertos de aquí y de allá, con las y los desplazados de aquí y de allá, con la ausencia de paz aquí y allá y con periodistas, amas de casa, estudiantes, obreros, campesinos maestras, maestros, niñas y niños, que aquí y allá, con su trabajo diario, con su construcción diaria no dejan de sembrar esperanza, alegría y sororidad la vida.
Gracias a quienes no se rinden y no se han rendido, gracias a quienes luchan, luchan, luchan, con la honestidad de sus vidas por un mundo mejor.
Gracias a quienes desde su testimonio, su vida, su periodismo, su trabajo, hacen de su caminar un constante e irrenunciable acto de fe en la humanidad, en el nosotros y nosotras. Que la solidaridad se haga costumbre entre todos y todas, hoy mañana y siempre.
Gracias a quienes antes de nosotros construyeron la esperanza. Por ellas y ellos, por nosotros y nosotras vale la alegría la sobrevivencia colectiva.
«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.
Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos.
(Mt 5,3-12)