Salvan vidas, son héroes y heroínas sin capa
Por Gerardo Romo/// Ágora Digital Fotos/// Guillermo Tapia
- El salario promedio de un bombero o bombera que depende de la Dirección Estatal de Protección Civil es de 3,800 pesos quincenales, el gobernador David Monreal se comprometió a mejorar sus condiciones laborales con equipo, capacitación, certificación y mayores prestaciones
- Hoy los 58 municipios de Zacatecas cuentan con una unidad de Protección Civil y Bomberos «Eso da seguridad a los municipios de que serán atendidos en situaciones de impacto como inundaciones, hay un buen trabajo de coordinación y capacitación constantes» asegura Jeú Márquez Cerezo.
Zacatecas,(26-08-2022).- En cuanto vio que la casa estaba en llamas, Jorge Luis Gallardo Álvarez, un joven de 18 años entró impulsado por la adrenalina que le incendió el cuerpo. Clarito vio como una persona era alcanzada por el fuego, fue entonces que gritó a sus compañeros para que entraran con él a salvarla.
Entraron a la casa, no encontraron a nadie.
Al final a quien salvaron los bomberos fue al joven novato que terminó intoxicado por el humo que tragó, al borde del colapso y la muerte.
«Eran tantas mis ganas que tenía de de rescatar a alguien que no sé si mi mente me engañó. Yo vi clarito que había una persona en esa casa que pedía ser rescatada, pero ni mis compañeros ni yo encontramos a nadie», recuerda Jorge Luis Gallardo, de aquel debut como voluntario del Cuerpo de Bomberos en 1992.
Ese joven inexperto que no supo cómo usar del equipo tanque de penetración de aire comprimido es hoy el Capitán, maestro de bomberos y voluntarios.
«Todavía al día de hoy sueño con ésa primera incursión, sigo preguntándole a mi mente qué pasó, pero ya despierto tranquilo dándole gracias a Dios por esta oportunidad que me da de ayudar a muchas personas y por mi familia», dice orgulloso.
Después de aquella primera experiencia pasaron 3 meses como voluntario y Jorge Luis pasó a ser formalmente parte del Cuerpo de Bomberos de Zacatecas, aún recuerda cuando le pagaron sus primeros 7,500 pesos, en vísperas de su matrimonio.
-¡Era una fortuna!-, dice aún con sorpresa, como si estuviera recibiendo en su manos ése dinero. «De ése primer sueldo que me llegó retroactivo de varios meses, guardé 3 mil, así hasta la fecha aprendí a ahorrar», admite.
Gallardo es un hombre agradecido, su maestro fue J Jesús Girón Sifuentes, bombero que le enseñó tres cosas: a trabajar, liderazgo y humildad, características que también intenta transmitir a sus compañeras y compañeros.
La Dirección de Protección Civil está integrada por 35 bomberos y bomberas que reciben un salario promedio de 3,800 pesos. Y 24 voluntarios, hombres y mujeres, la mayoría muy jóvenes que trabajan cuando pueden en cualquiera de los días de la semana, principalmente viernes sábado y domingo, que representan las horas en las que más llamadas de auxilio se reciben.
Ellas y ellos tienen una peculiaridad común, son capaces de dar su vida por salvar la de otra persona. Se les conoce como las heroínas o héroes sin capa, pero con traje de bombero.
Rescatan personas de incendios forestales o en casas habitación, de accidentes carreteros y viales, de tiros de mina, en presas, o de inundaciones…también fungen como paramédicos cuya labor en una situación límite puede significar la diferencia entre la vida o la muerte.
Los veteranos de esta corporación afirman que en Zacatecas en 1944 se tienen los primeros indicios de la conformación de un cuerpo de bomberos, que entonces dependía de la Dirección de Tránsito.
En aquel tiempo, las labores de protección civil se hacían a mano limpia y un ímpetu inmenso de servicio, nada más.
El capitán Gallardo Álvarez, quien en 1992 se enlistó en esta corporación a los 18 años, luego de dejar su empleo en un gasolinera, recuerda que en ése tiempo había sólo 8 bomberos divididos en 2 turnos, que podían dar servicio a los 58 municipios.
«El ser bombero ya se trae, no es llegar y ya, se nace con ése don», afirma Gallardo quien por su condición de fiel servidor a la causa de quien más lo necesita dice no recordar la cantidad de eventos en los que ha contribuido a salvar la vida de alguna persona.
«Solamente hay uno que decide quién se queda y quien se va, (Dios). Yo sólo soy un instrumento para poder ayudar», explica.
El bombero, como los policías, salen de casa a cumplir con su misión, pero ignoran si regresarán para reencontrarse con sus familias, por el alto riesgo de sus labores.
«Aunque tiene uno mucho contacto con la muerte, no piensas en eso, lo que tiene uno en la mente es la posibilidad de ayudar a una persona en situaciones de riesgo y tratar de salvarlas es lo que importa» dice Karen, una joven voluntaria de 21 años que ingresó a Protección Civil siendo menor de edad, a los 17 años.
Esta joven ha aprendido aquí como ayudar en caso de incendios, sabe de atención pre hospitalaria, rescate vertical… «vamos aprendiendo de todo», dice sonriente.
Ella se hizo voluntaria luego de que se acostumbró a escuchar las historias de su tío José Espinosa quien en casa platicaba cómo ayudaban a la gente, escuchar las hazañas a la hora de la comida, en la sobre mesa o en la sala mientras se reunía la familia se hizo costumbre y sembraron en la joven la semilla de querer ser bombera.
«Yo vengo principalmente los fines de semana que es cuando tenemos más trabajo sobre todo auxiliando a personas que sufren accidentes automovilísticos.
Karen, por lo menos una vez a la semana recibe capacitaciones en diversos temas que le ayudan a mejorar sus capacidades como bombera. Quiere seguir aquí un largo tiempo y por qué no, llegar a ser mejor que su tío, con quien ahora muchas veces salen ya como compañeros a cumplir su misión de salvar vidas.
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