Opciones para hoy
Por Gerardo Romo/// Ágora Digital
Zacatecas,(05-05-2023).-¿Qué hacer ante tiempos convulsos como los que vivimos hoy en Zacatecas y en el País?
San Ignacio de Loyola nos sugiere una fórmula muy interesante en cuanto al discernimiento para tomar decisiones. Estás, dice, no deben tomarse ni cuando estás muy enojado y tampoco cuando estás muy triste. El momento ideal para decidir es el equilibrio entre ambas emociones.
¡Qué fácil decirlo Ignacio!
¿Y cómo logramos el equilibrio?
-Aprendiendo a escuchar la voz de Dios que habita en cada uno, en cada una-, respondería el santo quien antes de su proceso de conversión espiritual era un caballero emanado de una familia real, mujeriego, entregado a los placeres y excesos.
¿Y como podemos escuchar ésa voz interior? diversas tradiciones espirituales coincidirán que el silencio es el terreno propicio para encontrar el rumbo. Vivir nuestro propio desierto para encontrar la sabiduría ésa misma que pidió el Rey Salomón por encima de todas las riquezas que le fueron ofertadas.
Pero el propio Ignacio de Loyola nos explicará que el ideal del ser humano-humana es “encontrar a Dios en todas las cosas”, poniendo mucha atención en los sentimientos más profundos del corazón.
Alguna vez, el sacerdote Jesuita Álex Zatyrka, hoy rector del ITESO me sugirió: Déjate sorprender por Dios”.
El padre Alex, con su voz pausada y palabras de suma profundidad me señaló que Dios muy pocas veces se manifiesta de manera espectacular (como lo hizo con San Pablo, tirándolo del caballo, tras deslumbrarlo para días después devolverle la vista y así ése perseguidor de cristianos se convirtiera en uno de los principales testigos de la causa de Jesús.
Entonces a Dios se le puede encontrar en ése maravilloso espacio de la cotidianidad, viendo cómo de repente un colibrí aletea con intensidad sobre la flor que hay en el patio, cuando un anciano me da las gracias porque le ayude a cruzar la calle, o hasta cuando puedo darme cuenta que mis neuronas salieron del reposo en que las mantenía y avancé quién sabe cómo por una maestría en la que se supone que solucionaremos problemas de Zacatecas, pero al estudiar un poco, ni tanto, te das cuenta que muy probablemente no solucionaremos nada, pero al menos encontramos razones para construir Esperanza.
Thomas Merton dirá que “en el corazón de la angustia, se hallan los dones de la paz y la comprensión”.
Y creo que precisamente hoy en nuestro mundo inmediato vivimos en la angustia que tiene muchos rostros y aflicciones colectivas que se viven y padecen en la más profunda de las soledades.
De ahí que me parece pertinente recordarte las bienaventuranzas que son faro en la oscuridad
-Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
-Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.
-Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
-Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
-Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
-Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
-Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
-Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
-Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos.
(Mt 5,3-12).
El gran teólogo Hans Küng referirá que es urgente regresar a la búsqueda de valores universales aplicables a nuestra realidad concreta más lejos del poder y más cerca de la sororidad entre pueblos, naciones e individuos a fin de restaurar un nuevo orden moral más fraterno que permita la plena realización humana y de la justicia con ética.
En este sentido el filósofo Emmanuel Kant nos sugiere actuar de tal forma que nuestras acciones puedan ser de observancia universal.
En la historia del aire de la noche se cuenta cómo los más grandes dioses, los que nacieron el mundo hicieron una asamblea y cada uno sacó su palabra que compartía con los otros y como una pelota esta iba y rebotaba de un lugar a otro hasta que era comprendida, fue así que los más grandes dioses nacieron al pájaro, a los aires, las luces, la tierra… crearon a los hombres y las mujeres, no para que uno fuera camino del otro, sino para que fueran al mismo tiempo camino y caminantes del otro. Diferentes los hicieron para estarse juntos, para que se amaran y se hicieran más grandes.
Confío que las adversidades que vivimos como sociedad nos hagan aprender y crecer en la solidaridad, en el abrazo y el encuentro fraternos que tanta falta nos hace.
Paz y bien