Deporte y racismo, dos caras de la actualidad

Foto: Peter Powell ///EPA

Por Gerardo Romo///Ágora Digital

Zacatecas,(28-05-2023).- El deporte en esencia es una forma de vida que pretende desarrollar las mejores cualidades y valores humanos  como la lealtad, el respeto, la disciplina,  junto al desarrollo físico, mental, el trabajo en equipo, el reconocimiento de la otredad, y las diferencias en armonía y sana competencia.

El espíritu del olimpismo exalta en su impulsor en la era moderna, el varón Pierre de Coubertain “que lo importante no es ganar sino competir”.

Con base en ésa premisa, el historiador francés  pretendía impulsar las relaciones pacíficas y constructivas entre las naciones, fomentando un espíritu de superación personal, juego limpio y sana competencia.

 El olimpismo mostró desde el deporte el espíritu de lucha humana para construir un mejor mundo posible

 El deporte le ha regalado al mundo episodios memorables, como aquél en el que el atleta norteamericano de raza negra Jesse Owens, (nieto de  esclavos, demostró ser el mejor atleta del mundo venciendo al supremacismo blanco de Adolf Hitler en Berlín (1936).

A esta victoria de Owens, Goebbels anotaría en su diario “ Nosotros, los alemanes, hemos ganado una medalla de oro; los estadounidenses, tres, de los cuales dos eran negros. Es una desgracia. Los blancos deberían avergonzarse. Pero eso es típico de un país sin cultura”.

Owens derrotó entonces al nazismo, pero no al racismo, que sigue en nuestros días lacerando al mundo y que apenas la semana pasada rebrotó en el deporte en la estadio Mestalla de Valencia, donde aficionados de ése equipo insultaron al jugador brasileño de raza negra Vinicius Junior, delantero del Real Madrid, a quien le gritaron Mono e insultaron de diversas maneras.

Lo paradójico es que tras esos actos, la liga española multó sólo con 45 mil euros al club de fútbol Valencia y Vinicius junior fue expulsado por el árbitro.

Desde el 29 de septiembre de 2018, fecha en que Vinicius junior debutó en el Real Madrid, al menos una docena de ocasiones se han repetido insultos racistas en su contra, sin que nada pase.

Tras los hechos del lunes pasado y ante la tolerancia de la liga al racismo, el jugador publicó una carta donde califica a España como un País racista.

“La liga cree que el racismo es normal y lo animan, los campeonatos que una vez pertenecieron a Ronaldiho, Ronaldo, Cristiano y Messi hoy  pertenece a los racistas (…) España es una nación racista”, dijo el joven futbolista.

En tanto, el Presidente de la liga Española de fútbol Javier Tebas acusó al jugador de “manchar la imagen del fútbol español con sus quejas”.

Y el Presiente Luiz Inácio Lula Da Silva manifestó su solidaridad con su compatriota Vinicius junior por el racismo que padece en el fútbol español, al igual que el presidente de la FIFA Gianni Infantino, a pesar de que éste organismo internacional ha hecho muy poco o nada para erradicar las prácticas racistas y tampoco sanciona a sus promotores de manera ejemplar para que quede muestra de antecedentes que permitan su erradicación.

El racismo en el fútbol español no es nuevo, Hugo Sánchez, el mejor jugador mexicano de la historia ha señalado en múltiples ocasiones como en los estadios la gente se refería a él como “indio”, a otras estrellas también brasileñas como Ronaldo y Ronaldiho desde las gradas les aventaban cáscaras de plátano en rechazo colectivo a su color de piel y presencia en el campo de juego, sin importar el arte que mostraban con sus jugadas y entrega.

En contraste a lo que sucede hoy en España en las canchas de fútbol que desnudan a flor de piel el racismo imperante, es necesario traer a la memoria la refundación que hizo Nelson Mandela de Sudáfrica de la mano con su deporte nacional, el Rugby.

En 1985, cuando Nelson Mandela llevaba veintitrés años en prisión, se propuso conquistar a sus enemigos, los más fervientes defensores del apartheid.Así obtuvo su libertad y consiguió convertirse en presidente.

 Pero la inestabilidad de un país dividido por cincuenta años de odio racial cristalizó en la amenaza de una guerra civil. Mandela comprendió que tenía que conseguir la unión de blancos y negros de forma espontánea y emocional, y vio con claridad que el deporte era una estrategia extraordinaria para lograrlo.

Y Mandela construyó e hizo El Milagro de utilizar el mundial de Rugby de 1995 para sellar la paz y cambiar el curso de la historia. Los sudafricanos ganaron su mundial y lo mejor, lograron que blancos y negros se fundieran en un abrazo.

Ojalá este ejemplo se extienda como fuego ardiente.