Nueva presidenta y deudas heredadas
Por Gabriel Páramo///Ágora Digital
Ciudad de México,(01-10-2024).-Que es un día histórico, nadie puede dudarlo; que es un día de fiesta, pues también lo es para muchos. El zócalo de la capital mexicana, el centro del universo conocido para decenas de generaciones de pobladores originarios (o casi), se llenó de gente. Muchos de ellos acarreados, es una verdad innegable, pero ni siquiera acarreados a fuerza o por regalos, sino por el puro gusto de estar ahí.
También, en la toma de posesión de Claudia Sheinbaum ante la ciudadanía, de la primera presidenta de México, el zócalo y calles aledañas se llenaron de gente que iba porque quería. Muchos, muchísimos, adoradores de López Obrador que lo mismo lo proponen para premio Nobel de la Paz, que exigen –en serio– que quien consideran hiperbólicamente “el mejor presidente de la historia” sea mandatario por un sexenio, o muchos, más, en un culto a la personalidad que no molesta demasiado a AMLO.
Desde muy temprano empezó a llegar gente al Zócalo, lo mismo a título personal, que formando parte de organizaciones políticas más o menos reconocidas o de plano, recién salidas del horno de la política, como una que mezcla iconografía obrera marxista con imágenes anarquistas y una paleta de colores decididamente socialdemócrata.
Por las pantallas lo mismo podían escucharse desde discursos sobre la 4T, hasta fragmentos de ópera a cargo de la Orquesta de Pilares y bailes indígenas con cantos en varias de las lenguas originarias mexicanas. También, el lugar estuvo lleno de vendedores que siguen tratando de sacar la mercadería que les queda de López Obrador, junto con algunas muñecas horrendas que supuestamente representan a la doctora Sheinbaum.
Las promesas al pueblo fueron puntuales, claras, esperadas por la gente, como podemos leer en la nota que escribió para este portal Gerardo Reyes y lo cierto es que dan cierta confianza, pero lo cierto es que la saliente presidencia nos está quedando bastantes asignaturas por concretarse y que ya no es posible seguir culpando (que la culpa la tienen) a los anteriores gobiernos neoliberales.
Deuda 1
No en orden jerárquico, sino simplemente por empezar por alguna, creo que el gobierno de Claudia Sheinbaum debe modificar no solo el discurso, sino las acciones, de un presidente que despreció a las madres buscadoras, a las víctimas de la violencia, a los defensores de los derechos humanos. No solo no se les escuchó, sino que se les hizo a un lado. Tenemos el caso Ayotzinapa que simplemente no se puede solucionar porque, creo, la 4T tiene compromisos con varios de los actores, principalmente el Ejército, por lo que las investigaciones no progresan. Que la 4T tiene compromisos con los militares es evidente, como vemos con el peso que se le ha dado, con la incorporación de la Guardia Nacional a SEDENA y el aumento de presupuestos.
Deuda 2
¿Medicina del nivel de Noruega? Ni como chiste pasa. Vayan al IMSS o al ISSSTE, como yo mismo lo he vivido, para que vean lo que es esperar en urgencias cuatro o cinco horas para recibir una atención buena, pero superficial y medicinas insuficientes, mientras se escuchan los gritos de dolor de pacientes con cáncer u otros males, que esperan en los pasillos de esos centros de salud. Dénse una vuelta por los centros de salud llenos de gente, con pocos médicos y recursos insuficientes, tanto en la capital como en provincia, sobre todo, en comunidades campesinas.
Deuda 3
Aunque el salario mínimo ha aumentado, los niveles de empleo se han precarizado de una manera impresionante. Supuestamente, dejarían de existir los empleos por outsourcing, lo que no ocurrió e, incluso en instalaciones de gobierno, multitud de trabajadores laboran por sueldos miserables que les pagan empresas que supuestamente concursaron para brindar servicios de vigilancia o limpieza. No es todo, gran parte del trabajo de alcaldías, municipios o otros sitios de gobierno son becarios o beneficiarios de servicios sociales que ni siquiera se consideran trabajadores. Estamos, también, cientos, miles, de profesores en universidades públicas con contratos interinos o temporales y prácticamente sin derechos laborales o la opción de acceder a derechos tan básicos como vacaciones o jubilación.
Deuda 4
En México, las mujeres, los indígenas, las minorías, los defensores ambientales, tienen que luchar en soledad, ninguneados, hasta el momento, por el gobierno. ¿Hará Sheinbaum algo al respecto? No lo sabemos aún, pero ya muchos están cansados de esperar, y no me refiero a derechistas delirantes, sino desde las mismas filas de personas progresistas o de izquierda. El “buenismo” de López Obrador, eso de creer que la gente va a ser el bien simplemente porque es buena, es una tontería; abrazar a la mamá del Chapo, que ha vivido del dinero mal habido por su hijo, es –para decirlo en mexicano– una mentada de madre para todas las víctimas de la violencia de la delincuencia organizada.
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Toda la gente reunida hoy en el zócalo de la Ciudad de México, y muchos millones que votaron por Sheinbaum, esperan respuestas contundentes. Ya pasó el tiempo del cambio, ya la 4T es gobierno por segunda vez, ya Claudia Sheinbaum habla de cambios y de izquierda; de instituciones y resultados. Estas deudas, y muchas otras más, no se olvidan y al gobierno, que se proclama de izquierda, tiene obligación de pagarlas.