Alzan la voz feministas «por una vida libre de opresión»

Las colectivas feministas saldrán este 8 de Marzo a exigir un mundo solidario y en paz que sea capaz de reconocer que las mujeres tienen derecho a vivir una vida libre de violencias. Foto archivo cortesía NTR

Por Ágora Digital///Redacción

Zacatecas,(06-03-2022).- El movimiento feminista en el mundo, en México es la irrupción por un mundo, un País libre de opresiones y sediento de justicia, son las mujeres la matriz de la verdadera revolución social del siglo XXI, sus reivindicaciones, aunque los hombres no las veamos, nos liberan también a nosotros de la inutilidad del patriarcado en el que somos educados y que nos asentó en un sistema de privilegio masculino.

Aquí reproducimos íntegro el posicionamiento de las diferentes corrientes feministas que en Zacatecas y el País quieren que incendiemos nuestros corazones con el fuego transformador de la radicalidad que permita un mundo donde quepamos todas, todos y todes en paz, sororidad y empatía social.

POSICIONAMIENTO #8M – 2022

A LAS MUJERES Y NIÑAS DE ZACATECAS

A LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA ESTATAL Y MUNICIPALES

A TODA LA SOCIEDAD CIVIL

En un mundo de marcadas desigualdades e injusticias sociales derivadas por el predominio del modelo político-económico neoliberal, profundizadas tras el confinamiento consecuencia del COVID-19, las mujeres siempre llevamos la peor parte.

Durante estos dos años hemos sido obligadas a regresar a la reclusión de los hogares, siendo éste el espacio donde más nos agreden, nos vulneran, nos asesinan; además de que se ha cuadruplicado la jornada de las mujeres entre trabajo doméstico, remunerado, de crianza y ahora el aprendizaje académico de las infancias trasladado al hogar como única responsabilidad nuestra. Esta carga mental y emocional impacta negativamente, de forma implacable y directa, en las oportunidades de descanso, desarrollo individual y bienestar integral.

Y a pesar de que somos el sostén del estado, del país, del planeta, es alarmante la indiferencia ante el incremento en los índices de discriminación y violencia, sobre todo en Zacatecas, pues tanto el narcotráfico como el Estado omiso generan un ambiente aún más inseguro para las mujeres.

¿De qué sirve que se abran líneas telefónicas de atención o que incluso se haya creado la dichosa Policía de Género si en lo posterior no se les da seguimiento a las denuncias ni se castiga a los culpables? Que se indaguen tres de cada 40 casos no sustenta la impartición de justicia, ¡la impunidad es una velada autorización para perpetuar el abuso!

El panorama es desgarrador: el 2021 cerró como uno de los años con más mujeres asesinadas, poco menos de 4 mil, cuyo único delito es haber nacido en un sistema opresor y patriarcal que insiste explotarnos, violentarnos, mutilarnos de las maneras más perversas.

Todas las mujeres compartimos las mismas opresiones y violencias: lesbianas, heterosexuales, indígenas, campesinas, citadinas, niñas, adultas; sea cual sea el estatus económico, la edad, que se nos perciba o no como abnegadas, sumisas, autónomas o empoderadas, todas estamos expuestas a la explotación y abuso sexual, a las desapariciones forzadas, a las agresiones emocionales y/o físicas, a caer en redes de trata o del narcotráfico; en ningún espacio estamos seguras, ni en el hogar, ni en los espacios educativos o laborales y mucho menos en la calle.

México tiene el primer lugar mundial respecto al abuso sexual infantil, cuyas principales víctimas son las niñas, quienes crecen en una cultura misógina que insiste en debilitarlas, en moldearlas a su antojo, en bombardearlas con estereotipos sexistas, en someterlas y en domesticarlas a través de los abusos, del miedo, de la culpa.

Por todo lo anterior y mucho más, nos manifestamos en contra de cualquier estructura que dañe la dignidad y autonomía tanto de mujeres como de niñas; de los sistemas que nos exploten, violen o destruyan.

Exigimos a la Fiscalía y a las autoridades involucradas que no sólo se coloquen listones morados en presunta señal de respaldo, sino que, además de crear un programa transversal de prevención de las violencias contra niñas y mujeres, les den el debido seguimiento a todas las denuncias realizadas, para que los verdugos no puedan continuar sus vidas en libertad, sin castigo alguno.

También, que las instancias encargadas de la prevención de la violencia, así como de la impartición y procuración de justicia, cuenten con personal capacitado para atender a mujeres lesbianas, puesto que la información, recepción y seguimiento de las querellas suelen culminar en carpetazo por desconocimiento o inexistencia de mecanismos que nos protejan. De nada servirán las modificaciones a la legislación local si en la praxis se desconoce cómo proceder ante las denuncias por cuestiones como las mal llamadas terapias de conversión, violaciones correctivas o, con el odio en su máxima expresión, por lesbofeminicidios.

Demandamos la creación de políticas públicas descentralizadas para garantizar que la educación sexual integral se fomente desde cada rincón de la entidad para que todas las mujeres tengan oportunidad de desarrollarse en ambientes libres de discriminación, de prejuicios sexistas y clasistas.

Es urgente que los servicios de salud brinden capacitación a su personal para atender a todas las mujeres sin vulnerar sus derechos; que la información, exploración, evaluaciones, diagnósticos y tratamientos estén libres de discriminación tanto para heterosexuales como para lesbianas; que eviten atropellar la autonomía reproductiva, como en el caso de la despenalización del aborto, pues si nosotras parimos nosotras decidimos; asimismo, que existan tratamientos que se adecuen a las necesidades específicas de mujeres y niñas neurodivergentes o con discapacidades, cumpliendo con lo establecido en convenios internacionales respecto a crear programas de atención y seguimiento para ellas.

Por otra parte, ni en instituciones públicas ni privadas hay cabida para las mujeres, menos aún para quienes maternan, por lo que reclamamos una conciliación de roles, que se disminuya la carga laboral para las madres de niñas y niños en edad escolar con el objetivo de favorecer la crianza; además, son necesarias políticas públicas integrales que garanticen la atención, seguridad y protección para las infancias, con un esquema de libre desarrollo.

Exigimos pagos justos y la erradicación de la brecha salarial para trabajadoras del hogar, comerciantes informales y todas las mujeres que carecen de derechos laborales; que se busque un programa a través del cual puedan acceder a seguridad social por cuenta propia con financiación bipartita entre beneficiarias y el Estado.

Reclamamos que se garantice la integración adecuada de las mujeres migrantes y que vivan libres de discriminación y xenofobia, además de salvaguardar su integridad mientras se encuentren en tránsito por nuestro estado. Ningún ser humano es ilegal.

Ante este manifiesto, decidimos marchar este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, porque con o sin pandemia nos oprimen, nos violentan, nos matan; porque el Estado patriarcal, racista y clasista hace oídos sordos a nuestras peticiones. Por ello convocamos a todas las mujeres que, igual que nosotras, creen inaceptables las violencias que atraviesa nuestra experiencia diaria, a aquellas que desde la digna rabia deseen alzar la voz, romper el silencio, porque las calles son nuestras ¡y no lograrán callarnos ni recluirnos de nuevo!

En el mismo tenor de protesta enfatizamos que nuestra lucha es anticapitalista, por lo que también acordamos un paro de labores: este 9 de marzo no trabajamos, no cuidamos, no maternamos, no estudiamos, no estamos al servicio de las necesidades de nadie, porque si nosotras paramos se para el mundo.

  • Paramos y marchamos por una vida libre de opresiones y violencia misógina.
  • Paramos y marchamos por todas las que fueron asesinadas, desamparadas por un Estado indolente, inepto y ausente; por la inacción y lentitud de las fiscalías.
  • Paramos y marchamos por las maternidades deseadas, porque nos faltan todas las muertas por abortos clandestinos e inseguros y aquellas a las que encarcelaron por interrumpir su propio embarazo.
  • Paramos y marchamos por las mujeres migrantes, de pueblos originarios, periferias o comunidades rurales asesinadas por prejuicios racistas y clasistas.
  • Paramos y marchamos por las lesbianas agredidas, violadas o asesinadas por romper los estándares heterosexuales de esta cultura misógina y lesbo-odiante.
  • Paramos y marchamos por las trabajadoras del hogar, por las madres trabajadoras, por las comerciantes informales y todas las mujeres sin acceso a derechos laborales.
  • Paramos y marchamos por las infancias en orfandad a causa de los feminicidios. 
  • Paramos y marchamos por todas las que sufren hostigamiento sexual en escuelas o empleos, que son revictimizadas mientras se protege a sus agresores.
  • Paramos y marchamos contra la violencia hacia nuestras cuerpas por parte del personal de salud, ¡no más violencia gineco-obstétrica!
  • Paramos y marchamos por todas las víctimas de explotación sexual y asesinatos o tortura a causa de la trata, porque ninguna mujer debe ser objeto de consumo.
  • Paramos y marchamos por el impulso al liderazgo de las mujeres en lo público y lo privado.
  • Paramos y marchamos porque nos da la gana, juntas en las calles, en los empleos y en las casas; paramos y marchamos porque nos da la gana, juntas en la escuela, en las colonias y en las plazas.

Este 8 de marzo nos organizamos porque somos la mitad del mundo y reclamamos el espacio que nos corresponde. ¡Si no hay solución, habrá revolución!

8 de marzo de 2022 – Movimiento Feminista del Estado de Zacatecas