A Sabino le quedó grande Zacatecas
Por Gerardo Romo/// Ágora Digital
¿Cómo estás cariño?, pregunta Sabino a la chaviza que en miles abarrotó Plaza de Armas.
-De la chingada, pero aquí ando-, grita a todo pulmón una chica acompañada de su novio, justo unas seis filas detrás de la valla metálica que separaba el área de sillas de quienes llegaron primero y estaban más cerca del escenario.
Date cuenta, Me puse pedo, Guapa, y Tu, fueron algunas de las rolas con las que el oriundo de Guadalajara prendió a sus fans.
«Apenas esto está empezando y no quiero que se acabe», dice Sabino, aparentemente emocionado a las 20:10 horas, justo después de cantar sus primeras dos rolas.
Pero apenas pasaron 50 minutos después de aquél deseo de que la fiesta nunca terminara que resultó más falso que un billete de 2 pesos y el artista se despide de Zacatecas con la frase «gracias cariño».
Sabino deja el escenario, se apagan las luces, su banda regresa, incita al público para que clame por el vocalista y el hombre regresa para echarse sólo una rola más.
«Se me fue rapidísimo el concierto», coinciden chavas platicando con sus parejas luego de su éxtasis de poco más de una hora.
«A mi me encantó el concierto, me emocionó, estoy feliz», dice Raúl Méndez, un niño de 11 años quien viajó con su hermana desde la Ciudad de México para ver a su artista favorito.
Raúl no dejó de cantar, tanto que terminó afónico opero con el corazón henchido de alegría
La banda se quedó con ganas de más… pero Sabino, no.
Así pasa, cuando los artistas no valoran tanto al público que los escucha y hasta admira.
A Sabino, le quedó grande Zacatecas.