Perspectivas de la educación matemática según sus agentes

Colima,(27-12-2024).-Es común escuchar que se hable de “buenos” y “malos” docentes en la materia de Matemáticas, pero ¿qué se considera para tal distinción? ¿Si se comprende lo que explican son buenos, y si no son malos? Esto mismo aplica al estudiantado, ya que es común escuchar que se hace esta distinción entre “buenos” y “malos” estudiantes. Según esta perspectiva, un estudiante es bueno porque cumple con todas las actividades y entregas que pide el docente, pero es malo si no lo hace. Todo lo anterior depende de la perspectiva individual, que está influenciada por los antecedentes y contextos de cada individuo, lo que ya plantea un escenario diverso.

Varios estudiantes catalogan a sus profesores en el área mencionada con esos dos calificativos, que a veces dependen de si les caen bien o no, e incluso toman esta decisión en función de la calificación obtenida; “si me aprueba, es bueno; si me califica mal, es malo”. En cualquier caso, es probable que el estudiante no reflexione sobre todas las herramientas, indagaciones y esfuerzos que pudiera realizar el docente de la materia, que es independiente de quién sea en lo personal. 

Sin embargo, esta cuestión de perspectivas trasciende una calificación en la materia y va más allá del salón de clases. Se trata de un asunto que muestra la situación de la educación matemática en nuestro contexto, por lo que conviene observarlo, reflexionar al respecto y generar discusión.

A continuación, se describen diferentes perspectivas alrededor de la enseñanza de las Matemáticas, con atención al profesorado que la imparte, los estudiantes que reciben las enseñanzas y el sistema educativo en el que se desenvuelven estos actores en México. Por último, se discutirá la importancia de atender la diversidad de necesidades educativas al interior de las aulas.

La educación matemática desde la perspectiva del profesor

Los profesores que se encuentran en una institución educativa deben cumplir con obligaciones que vienen desde la institución, cuyas acciones dependen de las autoridades del sistema educativo en el que se encuentran, y en consecuencia, rendir cuentas administrativas. Lo anterior implica que en muchas ocasiones no se dé la oportunidad de conocer a cada estudiante, aunado a la existencia de grupos sobrepoblados.

Es un reto monumental enseñar a un grupo con diferentes estilos de aprendizaje debido a que implica realizar adecuaciones según cada caso, lo cual representa una mayor carga de trabajo para el profesor, y esto se vuelve exponencial por cada grupo a cargo. Basta con recordar que son muchos los casos de docentes con más de un grupo, y que además laboran en más de un centro educativo; lo anterior basta para hacerse una idea de la cantidad de trabajo que significaría hacer adecuaciones para cada estudiante.

Cumplir con todos los contenidos señalados en el programa en tan poco tiempo, y con un grupo de estudiantes diverso, convierte al acto de la enseñanza en algo estándar, como si fuera producción en masa, y el aprendizaje de cada alumno, en muchas ocasiones, no aumenta, sino que se rezaga, ya que no hay tiempo para reflexionar lo que se hizo, por lo que el estudiante se queda sin entender cómo lo realizó, y concluye que el resultado “solo salió”.

La educación matemática desde la perspectiva del estudiante

Al avanzar de grado, los contenidos de Matemáticas se vuelven más difíciles, por lo que no es de extrañar que el estudiantado no comprenda del todo lo que debe realizar. Hay contenidos que debieron aprenderse, pero por “falta de tiempo” no se vieron, y a la vez, aquellos que jamás se entendieron y no hubo tiempo para tener una mejor explicación o algún tipo de retroalimentación.

Los estudiantes se frustran debido a que no comprenden lo que tienen que hacer, y no se sienten con las herramientas necesarias porque no se han comprendido temas fundamentales y de relevancia para aprender contenidos nuevos. Se les enseña de una manera muy específica, ignorando los diferentes caminos que existen para enseñar una amplia gama de contenidos.

Las oportunidades de socializar experiencias, entre los estudiantes y en el aula de clases, son escasas, por lo que no es posible obtener experiencias auténticas y la obtención de significados propios. Algunas veces, los aprendizajes significativos se adquieren al compartir los logros obtenidos por cada alumno y al externarlos, se crea un ambiente de convivencia y de compañerismo hacia los demás.

Intentar comprender el método, el único, que el o la docente proporciona, no es suficiente para llegar al aprendizaje objetivo del día, pero basta para completar con la revisión de los contenidos que se proponen por ver durante el ciclo escolar. 

La falta de empatía influye en los aprendizajes, así como en las conexiones de estudiante a profesor y viceversa. Esto se refleja al observar un vínculo entre ambos agentes, debido a que existe confianza para abordar inquietudes cuando es necesario, sin el temor de juicios o prejuicios ante un aparente desconocimiento.

La educación matemática desde la perspectiva del sistema 

Los contenidos matemáticos se estructuran de cierta manera para que en un ciclo escolar sean adquiridos por el estudiantado. Cada uno de ellos tiene un tiempo determinado y se excluyen las dificultades que podría tener el alumnado o el profesor que la imparte. Se excluyen las necesidades que pudieran presentarse en el desarrollo de los temas, ya sea por las características (y limitaciones) de los materiales o de la infraestructura de la institución educativa.

En el sistema educativo en México, se planea con detalle y con cierta determinación los planes y programas de estudio, siempre con miras a la mejora continua del estudiantado. Esta planeación se estructura desde una perspectiva en donde el alumnado comprende en tiempo y forma los contenidos propuestos, concluyendo sus actividades y proyectos.

Se habla de una educación inclusiva, pero rara vez nos detenemos a analizar y reflexionar que cada estudiante es un mundo diferente, tiene otra forma de pensar y distintas formas de adquirir conocimientos. Por ejemplo, a algunos alumnos les toma un mayor tiempo adquirir ciertos contenidos matemáticos debido a que no se comprendieron temas que se vieron con anterioridad, para otros el tiempo es menor porque “lo entienden a la primera” o porque sí tuvieron los aprendizajes adquiridos en grados anteriores. 

Al final de la jornada de clases, quienes enseñan se encargan de mostrar a cada uno de los estudiantes el mismo contenido, en el mismo espacio, con las mismas herramientas, pero también debe de hacer adecuaciones inmediatas, en tiempos muy breves, para quienes no comprenden del todo lo que les está enseñando.

Una propuesta fuera del sistema

Es importante poner a discusión qué es lo que se sabe sobre atender las diversidades en un grupo, y reconocer que son muchos docentes que emprenden acciones para realizarlo. Sin embargo, hay limitaciones por el sistema y el plan de trabajo anual, además de un posible temor a no probar algo “nuevo” por los resultados, que se piensa pueden ser negativos. Es por esto por lo que es complicado atender todas las necesidades de cada estudiante que se tiene dentro de un aula, pero tener la iniciativa para hacerlo marca una gran diferencia.

Implementar un modelo de enseñanza-aprendizaje en Matemáticas implica un esfuerzo adicional para quienes ejercen la docencia. Sin el interés o la pasión por la profesión, cualquier propuesta puede reducirse a un método de enseñanza estándar aplicado de forma generalizada. Como se mencionó anteriormente, existen propuestas que abordan la enseñanza de las matemáticas desde una perspectiva personalizada, las cuales merecen ser conocidas, analizadas, comentadas y, especialmente, implementadas para evaluar su impacto. Este tema en específico será abordado en una próxima ocasión.

*La autora es Licenciada en Enseñanza de las Matemáticas por la Universidad de Colima, actualmente se encuentra estudiando la Maestría en Intervención Educativa y se desempeña como profesora de Educación Básica.

Correo: [email protected]

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