El tema de temas
Por Miguel Ovalle /// Ágora Digital
Zacatecas,(18-10-2022).- Durante su toma de protesta como gobernador del Estado, David Monreal Ávila definió el problema de la inseguridad como “El tema de temas”. Se entiende así como el asunto de mayor importancia, el problema de mayor complejidad en la vida contemporánea de Zacatecas.
En efecto, el asunto es tan delicado que día tras día se da cuenta de diversos y lamentables acontecimientos en los que muchas de las víctimas han sido incluso niños, o como en el caso más reciente acontecido en Jerez, un destacado profesionista y dos adultos mayores. Hoy permea un ambiente de miedo e incertidumbre en el estado de Zacatecas porque no están muriendo solo los integrantes de bandas delincuenciales que se enfrentan entre sí, las víctimas colaterales son cada vez más.
Monreal Ávila ha declarado públicamente que la inseguridad ya no es sólo un asunto de Estado, sino que es un tema en el que todos los ciudadanos debemos contribuir a su solución.
Al respecto, el pasado 13 de octubre, como parte de una actividad académica, Arturo Nahle García, magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia, hizo una disertación académica ante alumnos del doctorado en Estudios Contemporáneos de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
Ahí, derivado de su experiencia en el servicio público y en especial teniendo como base su trabajo como procurador de Justicia del estado, Nahle vertió algunos datos sobre los que me parece importante hacer una reflexión.
Aseguró que el 90 por ciento de los delitos que se cometen no se castigan; es decir, hay un alto índice de impunidad, lo que evidentemente es un factor para que se siga delinquiendo. Pero de la misma manera destacó que el 80 por ciento de los delitos no se denuncia, ya sea por desconfianza, miedo o bien por la nula accesibilidad a la justicia; de este último aspecto es fundamental destacar que en 40 de los 58 municipios zacatecanos no existe una agencia del ministerio público en donde interponer una denuncia.
Las características antes mencionadas, así como el desempleo, la pobreza, la deserción escolar o la reprobación son factores criminógenos. Para lograr que el problema de inseguridad vaya a la baja, es necesario ir reduciendo cada uno de esos componentes.
La cuestión es: ¿en cuánto tiempo resolvemos la deserción escolar? ¿en cuánto tiempo abatimos la pobreza? ¿cuánto tiempo nos llevará reducir los niveles de desempleo? ¿cuánto tiempo tomará que exista una mayor accesibilidad a la justicia e incentivar una mayor cultura de la denuncia? ¿La solución estará en un sexenio? ¿en dos?… evidentemente este es un tema que tomará mucho tiempo.
Nahle García señaló que existe una alta percepción de inseguridad derivado de los delitos de alto impacto que trascienden y que son de los que más se difunden en los diversos medios de comunicación, sin embargo, dijo, estos son los que se cometen con menos frecuencia.
Actualmente hay un exponencial crecimiento de delitos que están lacerando a la sociedad y de los que no se habla mucho.
El magistrado presidente aseguró que el delito de violencia familiar se duplica año con año y en el mismo sentido se incrementan los delitos de abandono de familiares y muy lamentablemente los delitos sexuales, violaciones y abusos donde la víctima es un menor de edad y el victimario regularmente es un familiar cercano.
De manera tajante el magistrado cuestionó a los doctorantes qué explicación se puede dar respecto a que “un padre abuse sexualmente de su propio hijo discapacitado”. Si bien no ofreció cifras específicas sobre ese asunto, si subrayó que hay una alta prevalencia de esos delitos que muchas veces se quedan en el ostracismo porque la atención está en los homicidios, secuestros y extorsiones de los grupos criminales.
Arturo Nahle García destacó que, en siete años, tomando en consideración el último de su gestión como procurador, delitos como el homicidio han crecido en un mil por ciento. A pesar de la alta incidencia que hay de delitos no denunciados, cada año se presentan más de 30 mil denuncias, por lo que hay un alto número de casos que deben estar siendo investigados con las limitantes propias que padece la administración de justicia.
El tejido social, dijo Arturo Nahle, está dañado. Una parte de la solución a esta telaraña de terror, está en las aulas, en la educación y en la concientización. El panorama, en efecto no es alentador, muchos años tomará el poder vivir en un mejor Zacatecas.
*El autor cursa el tercer semestre en el doctorado de Estudios Contemporáneos de la UAZ