Scooby
Por Sandra Salinas/// Ilustración /// Cath Zúñiga
Zacatecas, (13-06-2020).-Ha pasado un mes y unos cuantos días desde que Scooby salió de casa y no hemos podido encontrarlo, los días se ven un poco borrosos aún en este momento y es que sólo pienso en él de vuelta en casa.
Su cama sigue intacta, con el huequito en el que solía acomodarse para dormir, es muy doloroso ver su plato de croquetas aguardando por él, su ausencia nos tiene tristes.
Desde la tarde del sábado 2 de mayo, no ha pasado ni un día sin que añoremos su regreso, el que no esté nos tiene apachurrado el corazón, sé que muchos pueden pensar que sólo es un perro o una mascota y ya, sin embargo, para mi familia es un miembro más y no tenerle duele.
Casi diario se me hace un nudo en la garganta al recordalo y qué decir de las lágrimas que no se han hecho esperar, en cualquier momento llega el llanto al recordarle y es que no hay palabras para describir lo angustiante que es no tener ninguna noticia de él.
Scooby llegó a esta familia cuando tenía un mes de nacido y desde entonces, se convirtió en una gran alegría.
Cuatro años fueron los que siempre estuvo acompañándonos y dándonos su cariño, no es lo mismo llegar a casa y que no esté listo para darnos la bienvenida ansioso por recibir abrazos y apapachos.
No es lo mismo ver películas en el sillón sin que llegue a sentarse junto a nosotros, ya no está quien daba pequeños saltos y ladriditos pidiendo un poco de nuestra comida, que al parecer le apatecía más.
Nada es lo mismo desde que se extravió, hay días en que me parece escucharle ladrar o incluso llego a sentir que en algún momento saldrá de su escondite favorito.
Todos los días y las noches se siente la misma angustia y preocupación por no saber dónde está y si está bien, él es muy cariñoso y por su pequeño tamaño y su bonita carita parece un osito de peluche, por eso me da temor que quizá alguien se lo encontró y ya no quiere devolverlo a su familia.
Continuamente me cuestiono si es que alguien lo resguardó y si lo trata con cariño, si tomará agua en un día soleado, si tendrá abrigo, porque es muy friolento. Y refugio en los días lluviosos. O si por las noches tendrá un lugar cómodo para descansar, si le permiten subirse a los sillones que son su lugar favorito, si le dan de comer…
Sé que quizá es imposible pero me preocupa que nos extrañe y no nos vea cerca de él, me da tristeza que él no se entere de todo lo que su familia está haciendo para localizarlo, desde el primer día lo buscamos, imprimimos y pegamos carteles, repartimos volantes y recorrimos las calles gritando su nombre.
Quisiera que supiera que hace mucha falta en su hogar y que todos lo extrañamos tanto, que tenemos apachurrado el corazón anhelando llegue el día en que lo volvamos a ver.
Su fotografía ha sido compartida muchas veces a través de las redes sociales e incluso salió en algunos medios de comunicación, con la finalidad de que más personas supieran de su extravío.
Creé la página en Facebook “Se busca scooby”, y de acuerdo con las estadísticas poco más de 30 mil personas vieron su imagen pero aún así seguimos sin noticias.
Hemos atendido llamadas de extorsión, me sorprende que en realidad hay personas que quieren aprovecharse de una situación dolorosa para obtener su propio beneficio, sólo espero que no sea de esa clase quien lo tiene bajo su cuidado.
Hemos acudido a lugares donde creen haberlo visto y cada vez lo hacemos con la esperanza de hallarle pero eso no ha sucedido, hemos tocado en casas esperando escuchar su ladrido pero no lo hemos encontrado.
Es muy frustrante que esto haya sucedido en plena pandemia un muy mal momento, pues ello me impide hacer la búsqueda como quisiera, la contingencia limita un poco nuestra movilidad pero aún así seguimos buscándolo con las precauciones debidas.
Todos los días pienso en él y lo sueño constantemente, siempre tengo el mismo deseo; que esté bien.
El único consuelo que me queda es pensar que podría estar en una casa y espero que, de ser así, lo traten bien y en el mejor de los casos, se tienten el corazón y le regresen a su hogar donde pertenece y hace mucha falta.
Me han dicho que ya me resigne, que ya pasaron muchos días y localizarlo se ve casi imposible, pero no lo haré, lo quiero encontrar y siempre, siempre le estaré buscando, con el anhelo de que algún día vuelva a estar junto a mí.