Sobre Bef, Járcor y alacranes (columna llena de paréntesis)
Por Gabriel Páramo/// Ágora Digital
Mercurio
Ciudad de México,(25-06-2023).-Esta bestia que habitamos, un caso del Járcor es, hasta el momento, la entrega más reciente de la saga iniciada con Tiempo de alacranes, en la que lo que el género policiaco mexicano demuestra su poder e importancia. Heredero, de varias maneras, de la tradición de novela negra (y similares) mexicana, que incluye tanto a El complot mongol de Rafael Bernal, al Belascoarán de Paco Ignacio Taibo, a la obra de Francisco Haghenbeck, y a la lectura cotidiana de información periodística.
Venus
Tanto en Esta bestia… como en las otras novelas del ciclo conformado por Tiempo de alacranes, Hielo negro, Cuello blanco y Azul cobalto, las acciones llegan a parecer fantasiosas, aunque si revisamos la historia de la delincuencia mexicana, en la que un militar, policía, cantante de rancheras, asaltabancos y secuestrador fue declarado “enemigo público número uno” (Alfredo Ríos Galeana); en el que una persona fue dueña de una flotilla de Boeing 727 para el trasiego internacional de drogas y luego, aparentemente, murió cuando se sometió a una cirugía plástica (Amado Carrillo Fuentes), en la que un criminal vinculado con la CIA se fugó de Santa Martha Acatitla en un helicóptero que aterrizó en el patio central del penal (Joel Kaplan, con Carlos Antonio Contreras Castro).
Tierra
Llenas de personajes entrañables (la misma Lizzy Zubiaga, narcotraficante desquiciada; su némesis, la detective Andrea Mijangos; el Járcor, policía ex punketo, y muchos otros), las novelas se pueden leer rápidamente, en el metro o en el micro, en el tiempo que se le roba a los patrones en los baños de la chamba o cuando la clase es muy aburrida (sin importar de qué lado del escritorio estés), o se les puede dedicar tiempo para el análisis y el desarrollo de una tesis o un ensayo académico lleno de citas en APA. Como sea, son libros para disfrutar la belleza liberadora de la lectura.
Marte
Esta bestia… es una especie de interludio en la historia criminal de Zubiaga y su enemiga, Mijangos. El Járcor (para saber el porqué del nombre es buena idea leer las novelas) sigue trabajando de “tira”, pero es uno que procura no caer en la corrupción y hacer su trabajo bien. Investiga a pesar de todo lo que se le pone en contra, incluyendo la falta de recursos que deben suplirse con buena voluntad, ingenio y amistad. A veces, cuando lees otra serie magistral, te dan ganas de llorar de coraje cuando comparamos las “penalidades presupuestales” que padece el sueco Kurt Wallander (de las novelas de Mankell), pues no deja de doler la diferencia, aparentemente irreconciliable, entre los recursos de un país escandinavo y los nuestros.
Cinturón de asteroides
La primera novela del ciclo de los Alacranes se centra en el Güero, un personaje surgido del ejército, matón del gobierno y luego, asesino por encargo de un narco, que se involucra en una serie de problemas al negarse a cumplir un último encargo por crisis de conciencia. Al tratar de devolver el dinero del trabajo, se enreda en el robo de una sucursal bancaria perdida en el centro del desierto del noreste mexicano y allí conoce a Lizzy Zubiaga, quien empieza como una joven desquiciada que se volverá en una mente maestra criminal.
Júpiter
En las tres siguientes novelas va desarrollándose la historia del ascenso y la caída (sé que suena muy a cliché, pero así es) de Lizzy. Lo grandioso de las novelas es que podemos observar un verdadero desarrollo del personaje principal, pero sin descuidar el desarrollo de los antagonistas, principalmente el Járcor y la detective Andrea Mijangos. Hace muchos años puede entrevistar a Bef en dos ocasiones (2003 y 2008), una de ellas para Fondo negro, el espacio cultural de un periódico boliviano, así que como he visto el desarrollo de los personajes de sus novelas de este ciclo, he podido observar su desarrollo como escritor. Creo que lo único que habría que reprocharle es que tarde tanto entre las entregas (aunque es justo decirlo que además de esas novelas, escribe y dibuja muchas otras cosas). Por cierto, si les gusta la ciencia ficción, no pueden perderse Gel azul, de Bef, en la edición del Fondo de Cultura Económica.