El futuro no es lo que era

Foto: Gabriel Páramo

Por Gabriel Páramo ///Ágora Digital

Mercurio

Ciudad de México,(04-08-2022).-Hace poco conversaba con una persona mucho más inteligente que yo acerca del futuro o, mejor dicho, de la concepción que de este tenemos. Además de establecer que esa idea es básicamente ideológica, quedamos de acuerdo en que el futuro “ya no es lo que era antes”, mientras veíamos noticias de 42 grados centígrados en Marsella, ejercicios militares chinos en China y bravuconadas gringas por acá, y ofertas de trabajo prácticamente sin sentido social ni prestaciones laborales.

Venus

En la plática, la persona más inteligente insistía en que cuando se piensa en el futuro, ya esté viajando uno en el metro para cubrir una jornada laboral aburrida y extenuante, o se es filósofo en estancia posdoctoral en la UNAM o escritor de ciencia ficción, lo que se hace por lo general es proyectar nuestras ideas, miedos o gustos en el tiempo. Así, mucho de lo que se escribe al respecto es un largo hoy con mejorías, generalmente tecnológicas con un tinte de fantasía.

Tierra

Es aquí donde entra la idea de que el futuro no es lo que era antes. Cuando uno ha vivido más de seis décimos de siglo, como yo¸ o tiene el alma vieja de muchos jóvenes muy inteligentes, como la persona con la que hablaba, recuerda imágenes del futuro pasmosas: viajes hasta Júpiter o, incluso, más allá; jornadas de trabajo muy cortas; robots, justicia social…

Marte

Pues ni el futuro que vivimos tiene eso, ni el que pensamos ahora lo vislumbra. Ahora, nuestro futuro es polvoso y caliente, sin agua ni recursos, con gente atada a trabajos prácticamente las 24 horas del día gracias a la informática y las comunicaciones, que por un momento en el pasado se vislumbraron como la panacea.

Cinturón de asteroides

Por supuesto, hubo escritores de ciencia ficción (y filósofos y personas con trabajos explotados) que desde antes pensaron en futuros apocalípticos, pero la verdad es que muchos optamos en mayor o menor media, no solo en ignorarlos, sino en acusarlos de derrotistas y cosas peores. Y es que como creemos que decían los chinos desde hace miles de año: “Las predicciones son difíciles, sobre todo cuando tratan del futuro”.