Matemáticas, talento y la trampa de la genialidad

Zacatecas,(14-03-2025).- Cada 14 de marzo, el Día Internacional de las Matemáticas nos invita a celebrar esta disciplina como una herramienta fundamental para comprender el mundo. Pero también es una oportunidad para reflexionar sobre cómo se percibe el talento matemático y cómo ciertos imaginarios pueden influir en la experiencia de aprendizaje de la niñez y la juventud. Más allá de los números y las fórmulas, la manera en que la sociedad construye la idea de «ser bueno para las matemáticas» puede ser tanto un motor de desarrollo como un obstáculo que excluye a muchas personas.

Desde edades tempranas, la percepción del talento en matemáticas está rodeada de estereotipos. A menudo se asocia con un «don» natural, con la idea de que algunas personas nacen con la capacidad innata de comprender los números y otras simplemente no. Esta creencia es problemática porque no solo desmotiva a quienes encuentran dificultades en la materia, sino que también coloca una presión innecesaria sobre quienes son considerados talentosos, especialmente cuando se trata de niñas y jóvenes.

Ser una persona «genio en matemáticas» no siempre es una ventaja

Las representaciones en la cultura popular han reforzado la idea de que quienes destacan en matemáticas tienen habilidades excepcionales que deben ser impulsadas a toda costa. Sin embargo, este imaginario no toma en cuenta las complejidades del desarrollo infantil. En la película Gifted (2017), por ejemplo, la protagonista Mary es una niña con un talento extraordinario para las matemáticas, pero su historia nos enfrenta a un dilema: ¿qué pasa cuando una habilidad sobresaliente se convierte en una carga?

En la realidad, muchas infancias y juventudes con habilidades matemáticas avanzadas enfrentan presiones sociales que pueden afectar su desarrollo. Por un lado, se espera que su rendimiento sea siempre sobresaliente, como si su éxito académico fuera su única identidad. Por otro, pueden sentirse desconectadas de sus pares, ya que la idea de que «son diferentes» puede dificultar su integración en el entorno escolar.

Además, el género también influye en la manera en que se percibe el talento matemático. Mientras que a los niños con altas habilidades se les suele reforzar su capacidad lógica y analítica, las niñas pueden enfrentar estereotipos que les hacen dudar de su propio talento. Estudios han demostrado que, incluso cuando tienen el mismo desempeño en matemáticas que sus compañeros varones, muchas niñas sienten que «no son lo suficientemente buenas», en parte debido a mensajes culturales que asocian la excelencia matemática con lo masculino.

Inclusión matemática: más allá del talento excepcional

Pensar en inclusión dentro de la educación matemática no significa solo abrir espacios para quienes tienen dificultades en la materia, sino también generar entornos donde todas las personas puedan desarrollar su potencial sin sentirse presionadas o excluidas. Un sistema educativo verdaderamente inclusivo no debería enfocarse únicamente en quienes destacan, sino en brindar apoyo para que todas las personas puedan desarrollar su pensamiento matemático a su propio ritmo.

En este sentido, es importante evitar la romantización del talento y, en su lugar, centrarse en estrategias que permitan que cada estudiante se sienta parte de la comunidad de aprendizaje. Esto implica, por ejemplo:

  • Fomentar una enseñanza de las matemáticas que valore el esfuerzo y el proceso, no solo el resultado final.
  • Visibilizar referentes diversos en la disciplina, de distintos géneros y contextos, para mostrar que el talento matemático no es exclusivo de ciertos grupos.
  • Asegurar que el ambiente escolar no refuerce la idea de que las matemáticas son una materia para «unos cuantos», sino que se presenten como un conocimiento accesible y valioso para todas las personas.

Educar sin etiquetas

Etiquetar a alguien como «genio» o «prodigio» puede parecer un reconocimiento positivo, pero también puede traer consigo una carga emocional que limite su desarrollo integral. En lugar de promover la idea de que las matemáticas son un talento innato, sería más útil generar un entorno donde el aprendizaje se entienda como un proceso en el que todas las personas pueden mejorar con práctica y apoyo.

La educación matemática no solo debe centrarse en formar futuros científicos o ingenieros, sino en desarrollar el pensamiento lógico, la creatividad y la capacidad de resolver problemas en cualquier persona, sin importar su nivel de habilidad inicial. Más allá de celebrar los logros individuales, el verdadero reto es construir una comunidad matemática donde todas las voces sean valoradas.

El Día Internacional de las Matemáticas es una oportunidad para repensar qué significa realmente ser «bueno» en esta disciplina. Tal vez el mayor aprendizaje que podemos transmitir no es que las matemáticas sean solo para unos cuantos, sino que, con las condiciones adecuadas, cualquier persona puede encontrar en ellas una herramienta para comprender y transformar el mundo.

Más información:

Cuevas Romo, J. (2024). Imaginarios sociales y educación matemática: Explorando la inclusión de estudiantes sobresalientes a través del cine. En Educación especial en matemática educativa (pp. 151-171). Centro de Estudios Jurídicos y Sociales Mispat

Julio Cuevas Romo, profesor-investigador de la Universidad de Colima. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores de CONAHCYT. Líneas de investigación: Procesos de enseñanza y aprendizaje de ciencias y matemáticas en contextos de diversidad, uso de narrativas audiovisuales para la enseñanza.

Correo: jcuevas0@ucol.mx

Sitio: https://www.researchgate.net/profile/Julio-Cuevas/research

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