Racismo y clasismo cotidianos

Mercurio

Ciudad de México,(22-11-2024).- El racismo, además de ser una de las actitudes más crueles y estúpidas del ser humano, se basa absolutamente en supuestos no solo falsos, sino indemostrables y faltos de lógica y sentido. Se odia, básicamente, a los que no son físicamente como uno, como si las características genéticas visibles fueran un premio por el carácter, la habilidad o alguna situación por el estilo.

Venus

Una de las características más tristes del racismo y su hermano gemelo, el clasismo, es que se va aprendiendo. Desde comentarios aparentemente intrascendentes hasta la enseñanza deliberada de prejuicios van corroyendo la inocencia (dicha en su sentido más puro) de las personas y las van convirtiendo en seres muchas veces con conductas francamente despreciables.

Tierra

Yo, por ejemplo, como producto de mi época y circunstancias, crecí rodeado de racismo y prejuicios de clase que me han acompañado a lo largo de mi vida y que todavía me acosan. Mi papá me hizo darme cuenta, hace varios años, que no es suficiente con decir que así fueron las cosas, sino que debe hacerse un esfuerzo consciente y sostenido por solucionarlo, por lo que todos los días trato de combatir el clasismo y el racismo empezando por mí.

Marte

No obstante, a veces esa batalla es abrumadora, sobre todo cuando nos damos cuenta de que los medios de comunicación, ahora liderados por internet, estamos llenos de mensajes que consideran que el racismo y el clasismo no solo son aceptables, sino que son formas válidas de hacer comedia y de relacionarnos con los demás.

Cinturón de asteroides

Escucho en el CENART una cuenta-cuentos indígena de Oaxaca que habla en español. Su acento, y me duele reconocerlo así, me suena al estereotipo que los medios de comunicación dan de las sirvientas (adjetivo terrible) o de los “inditos” (peor aún). Resulta que aún pareciera válido dar una connotación peyorativa a la forma de hablar de un grupo de personas.

Júpiter

Escucho a muchos comediantes quejarse de “la generación de cristal” y de que ahora no se puede hacer humor de nada porque la gente se ofende. Pues no, señoras y señores cómicos. Hacer escarnio de las personas por sus características genéticas visibles, por sus costumbres, por su manera de hablar o su apariencia no es humor, es no tener abuela (por expresarlo de una manera publicable).

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