Rompiendo el silencio: La violencia de género en las universidades y su abordaje educativo

Colima,Col,(11-10-2024).-Todo comenzó como cualquier otro día en la rutina universitaria. Sofía, estudiante de tercer semestre, caminaba por el pasillo hacia su siguiente clase cuando sintió una mano sobre su pierna. Era un compañero de clase que, en tono aparentemente burlón, le comentó algo sobre su falda acompañado de un gesto que irrumpió sin permiso en su espacio personal. «Es nomás una broma», dijo él, sin darse cuenta de la incomodidad que le provocaba a Sofía. Ella se quedó inmóvil, atrapada en un instante que, para los demás, se desvanecía como un acto cotidiano, insignificante. Sofía se quedó pensando en cómo ese momento era visto como algo común en su vida académica y pasaba desapercibido para quienes la rodeaban. Lo que para algunos era una broma inofensiva, era una confirmación más de que aquel entorno académico, debería ser un lugar de crecimiento y respeto, pero para ella era una señal más de que la universidad no siempre representaba un refugio seguro para todas.

Hablar de violencia de género en las universidades no es solo una necesidad, sino una obligación urgente. A lo largo de los últimos años, las instituciones educativas en México han sido testigos de manifestaciones de violencia que afectan no solo a quienes estudian, sino también al personal académico y administrativo. No obstante, normalmente la violencia de género permanece oculta, encubierta por dinámicas de poder, el miedo a represalias o la falta de mecanismos efectivos de denuncia. Este tipo de violencia no es solo un problema académico, sino una cuestión social que, para ser combatida, requiere de la intervención educativa como herramienta clave de transformación.

¿Qué es la violencia de género en el entorno universitario?

La violencia de género en las universidades puede presentarse de muchas formas: desde el acoso verbal, pasando por el hostigamiento psicológico, hasta llegar a agresiones físicas y sexuales. Este tipo de violencia no solo afecta a quienes la experimentan directamente, sino también al ambiente de aprendizaje, generando una atmósfera tóxica donde el miedo y la inseguridad prevalecen. El problema es tan grave que, según diversas encuestas, un número considerable de personas han sido víctimas de algún tipo de violencia dentro de su universidad. En el caso particular de la Universidad de Colima, la situación no es ajena a estas problemáticas; aunque se han implementado algunas acciones para hacer visible la situación y sensibilizar a la comunidad. Las iniciativas son un comienzo, pero aún quedan senderos por trazar.

Los tipos de violencia en las universidades: del acoso digital a la violencia económica

La violencia de género tiene múltiples espectros, y en un espacio universitario, estas pueden observarse de diversas formas. Una manera sencilla de entender este problema es revisar los tipos de violencia que se utilizan en las encuestas aplicadas en varias universidades para diagnosticar esta situación:

  1. Violencia Física: Esta es la forma más visible y, por lo tanto, la que más rápidamente identificamos. No se trata solo de golpes, sino de cualquier acción física que cause daño. Por ejemplo, un empujón en un pasillo por parte de alguien que cree que tiene derecho a agredir a otra persona solo por su género. Aunque parezca algo “leve”, estas acciones pueden dejar huellas emocionales profundas.
  2. Violencia Sexual: No solo incluye las agresiones físicas, sino también comentarios o insinuaciones inapropiadas que incomodan. Imagina que en clase, un compañero o un docente hace “bromas” de tono sexual constantemente, o envía mensajes no solicitados de contenido íntimo. Esos comentarios y acciones invaden la privacidad y el espacio personal, convirtiéndose en acoso.
  3. Violencia Psicológica: Esta forma de violencia es más difícil de identificar porque no deja marcas físicas. Se manifiesta en humillaciones, insultos o manipulación emocional. Un ejemplo sería que, al exponer una idea en clase, alguien ridiculiza a una persona solo por su género o le dice que «no debería estudiar algo tan difícil» porque no es “apropiado”. Es el tipo de violencia que mina la autoestima y hace que las personas se sientan incapaces o indignas.
  4. Violencia Económica y Patrimonial: Aunque no lo parezca, este tipo de violencia también ocurre en las universidades. Se trata de situaciones en las que alguien es forzado a gastar dinero en actividades que no desea o se le niegan recursos necesarios para su desarrollo académico. Un ejemplo podría ser cuando una persona es presionada a contribuir económicamente en actividades de grupo, o cuando se minimizan sus esfuerzos académicos y no se le reconocen sus logros, afectando su desarrollo y autoestima.
  5. Violencia Digital: En la era de las redes sociales, este tipo de violencia ha crecido de manera alarmante. Incluye desde el ciberacoso hasta la publicación de contenido íntimo sin consentimiento. Un caso frecuente es recibir mensajes ofensivos o intimidatorios a través de redes sociales, o que alguien comparta fotografías privadas sin permiso. Esto genera un ambiente de inseguridad constante, ya que la víctima no sabe cuándo o cómo se usará la información personal en su contra.

La intervención educativa como respuesta

En este contexto, la intervención educativa emerge como un instrumento poderoso para prevenir y reducir la violencia de género. ¿Qué significa esto? En términos simples, se trata de implementar acciones dentro de las universidades que promuevan la reflexión crítica sobre los roles de género, el respeto mutuo y la igualdad de derechos. La educación no solo debe transmitir conocimientos académicos, sino también valores de convivencia y respeto por la diversidad.

En la Universidad de Colima, se han dado algunos pasos en esta dirección. Por ejemplo, se han llevado a cabo talleres de sensibilización y capacitaciones sobre igualdad de género, con el objetivo de educar a las personas que estudian y enseñan sobre cómo identificar y prevenir situaciones de violencia. Estas iniciativas representan solo el comienzo de un cambio necesario. Fortalecerlas y expandir su alcance es clave para asegurar que el campus se convierta en un espacio donde la transformación cultural sea real y palpable. Con el impulso adecuado, estas acciones pueden ser el motor de un cambio profundo, haciendo de la universidad un lugar más inclusivo y seguro para todas y todos.

Hacia un futuro libre de violencia de género

La violencia de género no desaparecerá por arte de magia. Requiere el esfuerzo conjunto de las autoridades, la comunidad estudiantil y la sociedad en general. Los espacios universitarios deben convertirse en lugares seguros, donde todas las personas, independientemente de su género, puedan desarrollarse plenamente sin temor a ser discriminadas o violentadas.

La educación tiene el poder de transformar realidades. Si bien la violencia de género es una problemática compleja, con raíces profundas en la cultura patriarcal, también es posible erradicarla con intervenciones adecuadas. El primer paso es reconocer que el problema existe y, a partir de ahí, diseñar estrategias educativas que promuevan una cultura de paz y respeto en las universidades de México y del mundo.

Más información:

Universidad Autónoma de San Luis Potosí. (s.f.). Tipos y modalidades de violencia. Universidad Autónoma de San Luis Potosí. https://www.uaslp.mx/diagnosticoviolencia/Paginas/Tipos-y-Modalidades-de-Violencia/3958#gsc.tab=0

Cerva, D., & Suárez Estrada, M. (2022). Violencia de género en el ámbito universitario en México: Espacios de memoria que emergen del activismo feminista en redes. Virtualis, 13(25), 75-92. https://doi.org/10.46530/virtualis.v13i25.420

El autor es egresado de la Maestría en Intervención Educativa de la Universidad de Colima. Se desempeña como tallerista educativo en temáticas de género y discriminación tanto a nivel superior como a nivel básico.

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