«Querido Papa Francisco, te pedimos reces por nosotros, por la iglesia y el mundo entero»

Por Gerardo Romo/// Ágora Digital
Ciudad de México, (26-04-2025).- Luego de una sentida homilía del cardenal Giovanni Battista, en la que recordó el espíritu del quehacer pontificio de Francisco marcado por la misericordia hacia todas y todos los pueblos de la tierra, su predilección por los más pobres a la manera de Jesús y Francisco de Asís, así como su anhelo de hacer una iglesia abierta y de salida con primordial cariños hacia los inmigrantes y refugiados de la tierra, el decano del Colegio Cardenalicio le pidió:
«Querido Papa Francisco, ahora te pedimos reces por nosotros y desde el cielo bendigas a la iglesia, a Roma al mundo entero «.
«Y como lo hiciste el domingo pasado con todo el pueblo de Dios en la Plaza de San Pedro, con la humanidad que mantiene en alto la antorcha de la esperanza», agregó conmovido el cardenal a la que presidió una sentida ovación de los congregados en la Plaza Mayor Vaticana, incluidos el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el presidente ucraniano Vladimir Zelenski junto a otrso 48 jefes y jefas de Estado y representantes de 146 países.
En su homilía, Giovanni Batitsta recordó el mensaje de paz del Papa Francisco ante las constantes guerras que azotan hoy al mundo.
«Ante el desencadenamiento de tantas guerras el Papa Francisco alzó incesantemente su voz implorando la paz invitando a la sensatez a la negociación honesta y la benevolencia para encontrar soluciones porque la guerra es solo muerte de personas destrucción de casas hospitales y escuelas la guerra es una derrota dolorosa y trágica para todos», recordó.

Y ante la política contra los migrantes que encabeza principalmente el Presidente de Estados Unidos Donald Trump el cardenal Battista recordó el los gestos pastorales que el Papa Francisco tuvo ante quienes viven y padecen por la migración en europa, América, Asia y África y en especial recordó la misa que el primer Papa Jesuita encabezó en la frontera de México y Estados Unidos en su visita a nuestro país.
«En su visita pastoral a México y la misa que ofreció en la frontera entre ambos países el Papa insistió en construir puentes y no muros ha sido una exhortación que ha dicho muchas veces», señaló.
También recordó la visita apostólica que el Papa realizó el año pasado a cuatro naciones de Asia, optando por las periferias más periféricas del mundo y recordándonos que “Dios no se cansa de perdonarnos, sea cual sea la situación de quien pide perdón, pues la misericordia es el corazón de Dios en el evangelio».
En relación al evangelio que se leyó durante la misa de las exequias del Papa en el que se recordó cómo Jesucristo encomendó a Pedro pastorear las ovejas de la iglesia no sin antes preguntarle tres veces al primer obispo de Roma -¿Pedro me amas? y a lo que Pedro respondió: «Señor tu sabes que te amo».
Entonces el cardenal que encabezó la misa por el Papa Francisco recordó cómo cumplió fielmente su misión de seguir a Jesús pastoreando a las ovejas del Reino y el mundo con una iglesia de salida que acompaña y cura las heridas del pueblo de Dios con la misericordia como centro del mensaje evangélico haciendo de la iglesia un hogar para todos y todas con las puertas abierta, deseosa de ocuparse decididamente a inclinarse sobre cualquier hombro más allá de su condición, «a pesar de su fragilidad y sufrimiento Francisco caminó como el Buen Pastor que amó sus ovejas hasta dar la vida por ellas con fuerza y serenidad», dijo.
El cardenal Battista recordó que Francisco fue un Papa abierto a los tiempos y a lo que el Espíritu Santo suscitaba en la Iglesia que trató de iluminar los problemas de nuestro tiempo a la luz del evangelio para vivir así los retos de estos años y tiempos de cambio.
«El Papa tenía una gran espontaneidad para acercarse a todos, rico en calor humano y profundamente sencillo, Francisco compartió angustias y sufrimientos de la globalización reconfortando y animando los corazones de las personas de manera directa e inmediata su comportamiento tocó los corazones para despertar la misericordia», dijo.
Y como un gesto de esperanza el cardenal enfatizó ante los más de 200 mil asistentes: «La existencia humana no termina en la tumba sino en la Casa del Padre»
