No llegamos todas», le reclaman feministas de Zacatecas a la Presidenta Claudia Sheinbaum

...Y les salieron alas. Foto: Flor Castañeda.

Zacatecas,(08-03-2025).- Las colectivas feministas de Zacatecas le enviaron un mensaje directo a la Presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo: «No llegamos todas», le dijeron una vez que las miles de mujeres arribaron a Plaza de Armas.

¿Realmente nuestra Presidenta nos representa?, preguntó una mujer a las miles que se congregaron este sábado durante la marcha del 8M.

¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!. contestaron las mujeres al unísono entre la rabia por las diferentes formas de violencia que padecen en Zacatecas y el País y por los feminicidios de las que sus compañeras, niñas, jóvenes, madres, han padecido aquí y en todo México.

Incluso las mujeres de Zacatecas le exigieron a la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo rompa con el pacto patriarcal.

De acuerdo a la Presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Maricela Dimas, la Marcha del 8M tuvo saldo blanco y en general resultó una manifestación pacífica.

En tanto, entre las mujeres una madre de familia, con su hija y con su pequeño nieto que anduvo con ellas en carreola, portaba una cartulina con la inscripción reparto abrazos gratis PORQUE EL AMOR NO DUELE.

Algo que llamó la atención es que pese a ser una marcha separatista, algunos hombres, incluyéndome, pudimos observarla, sin recibir agresiones por parte de las mujeres. Y entonces me cayó un veinte, que sin ellas los hombres no podemos vivir, pues qué sería de nosotros sin sus constantes correcciones que nos muestran nuestros privilegios, muchos de los cuales ejercemos sin conciencia y por costumbre, que sería de nosotros sin sus cuidados y acompañamiento, qué sería de nuestro País sin ellas. Y mi conclusión es que simplemente, no seríamos nada.

Mientras las veía marchar contemplé centenares de mujeres jóvenes, gritando, pero también sonriendo, con la esperanza de que ¡EL PATRIARCADO VA A CAER! y como hombre, al retumbar de esa consigna, pienso que sería lo mejor que a esta sociedad mexicana le podría pasar, pero también que eso nos dolería a los hombres mucho más que un dolor de parto y quizá por eso nos retorcemos tan sólo con la idea de pensar en ése derrocamiento, y hasta podemos burlarnos de ellas cuando lo mencionan, aunque muchos de no sepamos siquiera qué carajos significa eso de El PATRIARCADO.

Y entonces, viene a mi mente esa pancarta que vi en las calles de nuestra ciudad que nos dedicaron las mujeres a quienes todavía no entendemos por qué marchan. «No te pido que pienses como yo, lo único que pido es que pienses». No queda más que agradecer la claridad con la que las mujeres de nuestro País cambian el mundo.

Y mientras observaba la marcha al filo de la puerta de entrada del Hotel Emporio, una de las feministas que marcharon me entregó una flor en origami que en su interior traía un mensaje que me hizo llorar y también entender por qué las mujeres marchan, el por qué de sus gritos, la raíz de su rabia… aquí lo describo tal cual está escrito

HECHOS

«El segundo abuso fue en el kinder por parte de un intendente en el baño de niñas, no sabía qué decir, cómo reaccionar, sólo sabía que tenía mucho miedo, recuerdo ir pegada a la barda, sin saber qué hacer, pues tan sólo era una pequeñita, no sabía lo que había pasado allí dentro, pero sabía que no estuvo bien, le dije a mi madre y ella calló y olvidó».

No sé que sientas al leer esto, pero a mí se me estrujó el corazón y pensé que seguramente esa niña marchó hoy acompañada de miles de mujeres, espero y confío en Dios que la sororidad de esas mujeres solidarias, hagan sentirse a esa pequeñita, acompañada hoy, espero que esté viviendo en la fortaleza de la colectividad femenina, pienso que hoy Dios le sonríe a ella y a todas las mujeres porque luchan, porque siguen adelante y porque son la sal de la tierra y el rostro vivo de la esperanza.

Y entonces veo una foto de la marcha que tomó Flor Castañeda, fotógrafa a quien admiro profundamente, que muestra a una joven portando a todo esplendor unas alas moradas con una inscripción insignia del movimiento feminista en México en la espalda: «NOS SEMBRARON MIEDO. NOS CRECIERON ALAS».

Y el momento más estremecedor ocurrió con el pase de lista de las niñas, las mujeres, las hermanas, que no debieron morir, las víctimas de feminicidio.

Y con el dolor a flor de piel ellas las recordaron con el corazón partido y la herida abierta, punzante…

-María Magdalena-. Y todas a una sola voz responden: ¡No debió morir!

-María de Jesús Salazar… ¡No debió morir!

-Jaqueline Escobedo…¡No debió morir!

-Dulce Saraí…¡No debió morir!

–Analí Vázquez Aviña…¡No debió morir!

-Isis Nereida… ¡No debió morir!

…Y la larga lista continuó hasta que al último nombre de ellas que no debieron morir alguien preguntó: ¿Por todas ellas que queremos?

Y la respuesta unánime es: ¡JUSTICIA!

¿Qué sintió cuando las feministas pronunciaron los nombre de las mujeres que no debieron morir?, le pregunté a Maricela Dimas, la ombudsperson de Zacatecas.

-Son hechos muy lamentables, yo siempre tendré ésa empatía con las víctimas como mujer, como madre, como hija, quiero que el día de mañana ya no exista esta violencia y que seamos un País donde se elimine la desaparición forzada y la violencia en contra de la mujer, como ser humano siento total tristeza-,expresó.

Y de pronto, entre la multitud de las mujeres que marcharon hoy, las que marcharon ayer, y las que seguirán marchando mañana, imaginé a la primera feminista que yo conocí,, la enfermera Margarita Guzmán Barranco, mi abuela. La vi de pronto abrazando a quienes hoy salieron a las calles, curándoles con ternura y compasión sus heridas, como ella lo hizo con sus pacientes durante 60 años, con una idea clara que solía transmitirle a sus alumnas en la Escuela de Enfermería Beatriz González Ortega de Fresnillo:

«Vean en cada paciente a un Cristo que les pide le curen sus heridas».

Y entonces creo que son las mujeres, quienes con su corazón, sus manos, su lucha y su ternura, sanan a esta nuestra sociedad y nuestro mundo malherido. Por eso no me queda más que decirles GRACIAS.

Contemplación. Foto: Flor Castañeda